viernes, octubre 17, 2008

Déficit de derechos socioeconómicos: la salud


Déficit de derechos socioeconómicos: la salud

Por Pedro Rosselló

15 de octubre de 2008

Anteriormente comenzamos la discusión del déficit de derechos humanos en Puerto Rico (EL VOCERO, 3 de octubre de 2008). Ahora, cuando nos proponemos analizar el derecho a la salud, primero debemos definir qué queremos decir con esto.¿Qué es la salud? Podemos comenzar refiriéndonos a la definición conceptual adoptada por la Organización Mundial de la Salud y generalmente aceptada por la comunidad salubrista:“La Salud es el estado de completo bienestar físico, mental y social, y no meramente la ausencia de enfermedad”. Esta definición es adecuada conceptualmente, pero de difícil medición y ejecución.

Para efectos de nuestros planteamientos en el análisis y la discusión que sigue, obviemos temporalmente estas dificultades y procedamos a establecer lo que significaría en la práctica el “Derecho a la Salud”.Obviamente, no puede significar el derecho a estar saludable, o sea, en un estado de completo bienestar físico, mental y social. Nadie podría garantizar esto. Significa, sin embargo, el derecho a los instrumentos, los mecanismos y las oportunidades que nos permitan como ciudadanos ejercer nuestra responsabilidad de buscar nuestra propia salud y evitar o propiciar el tratamiento de la enfermedad.

En esencia, hablamos de unos sistemas que permitan el acceso igualitario a los servicios de salud para toda nuestra ciudadanía. Podemos entonces preguntarnos si existe algún consenso sobre la tesis de la Salud como un derecho humano. Múltiples organizaciones internacionales globales y regionales han tomado posición sobre esto.La Declaración Universal de Derechos Humanos establece que:“Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios…

Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS), cuerpo rector de salubridad global, establece en su constitución que: “El disfrute del nivel más alto posible de salud es uno de los derechos fundamentales de todo ser humano sin distinción de raza, religión, creencia política, condición económica o social”.En nuestro entorno estatal, no existe un Derecho Constitucional a la salud. Es de interés histórico, que cuando se redactó y preliminarmente se adoptó la actual Constitución por el pueblo el 3 de mayo de 1952, ésta contenía, entre otros, un derecho explícito a la salud. Sin embargo, no existe en nuestra constitución actual el reconocimiento de un derecho a la salud aplicable a todos los ciudadanos.

Ante el obvio déficit en este derecho, el planteamiento que presentamos al elector es que ya es tiempo de establecer en nuestra Constitución el derecho explícito a la salud para todos nuestros ciudadanos, no alterable por cambios estatutarios o de administración.Podríamos preguntarnos si es conveniente y apropiado establecer derechos socio-económicos-culturales, más allá de los civiles-políticos.

El ganador del Premio Pulitzer, Paul Starr, en su libro “Freedom’s Power: The True Force of Liberalism”, hace un extenso análisis de la base intelectual de los derechos humanos:“Así como cada vida tiene valor, así también lo tiene la salud y el bienestar de la comunidad: las políticas en apoyo de la salud pública y de un saludable y sostenible medio ambiente surgen de compromisos que son morales en su inspiración” (Traducido del inglés).

Precisamente son estos elementos morales los que nos impulsan a establecer el Derecho a la Salud para todos en Puerto Rico. Sin embargo, no debo pasar por alto otras poderosas razones más allá de la moral, la justicia y la equidad para dar este paso fundamental.Un pueblo saludable es un pueblo más productivo, y uno más presto a un nivel más óptimo de educación.

A nadie debe escapársele la importancia en el mundo moderno, en la llamada economía del conocimiento y los servicios, de estos elementos necesarios para el progreso de un pueblo.En un artículo de mayo/junio 2007 de “Foreign Affairs”, los autores Eberstadt y Groth describen la relación entre la salud, la educación y la productividad:

“La Buena salud no solamente mejora las capacidades físicas de los trabajadores, también facilita el aprendizaje y la retención de las destrezas que traen tan alto rendimiento en la era informática. La salud es igual a la riqueza…”

Añade más adelante” “…Cada año adicional de expectativa de vida se asocia con aproximadamente un aumento de siete por ciento en el producto bruto doméstico per cápita”.

Parece ser que esta situación representa una coyuntura donde los requisitos de la moral y el interés económico se cruzan y siguen una dirección común. Recientemente, se reportó que alrededor de 400,000 puertorriqueños habían perdido su seguro de salud.Esto representa alrededor de 10% de nuestra población. Se constató además una reducción en el porcentaje de nuestro pueblo acogido al seguro de la Reforma, de un máximo de 46.5% en el 2000, a 39.3% en el 2005.

Además, hemos visto una reducción en los beneficios de una cubierta disminuida.El camino recorrido para establecer la salud como derecho transitó a través de la Reforma de Salud. El trecho fue ambicioso, logrando la meta de una cubierta universal para julio del 2000. Pero la Reforma de Salud descansaba sobre bases voluntarias y estatutarias. Por esta naturaleza de ley eran reversibles, y dio paso al retroceso en el progreso logrado.Por eso, hoy debemos actuar para establecer bases más permanentes: no voluntarias, sino obligatorias; no estatutarias, sino constitucionales; con fundamentos más duraderos, que no sean víctimas de los vaivenes efímeros de cambios de administraciones. Esto requiere que se establezca el derecho explícitamente en nuestra Constitución.

La grandeza de nuestro pueblo será medida no por grandes obras físicas o por adelantar tecnologías, sino por la manera en que tratamos a nuestros hermanos más vulnerables. Hoy en Puerto Rico hay niños, envejecientes, pobres, mujeres jefas de familia, trabajadores de escasos ingresos, a quienes no se les reconoce su derecho a la salud.Ya es tiempo de que ‘empoderemos’ a nuestro pueblo reconociendo el Derecho a la Salud para todos nuestros conciudadanos. Ya es tiempo de que demostremos la grandeza de nuestro pueblo implantando como derecho constitucional para todos por igual, el acceso a los medios para proteger y desarrollar nuestra salud, individual y colectiva.

1 Comments:

At 9:22 p. m., Blogger stitch said...

Nice Blog!
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Have a nice day!

 

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