domingo, febrero 26, 2006

Deseo felicitar al jóven Velázquez


Por Valentin R. Fernandez,Philadelphia, USA
Deseo felicitar al jóven Velázquez por presentar ese artículo en recuerdo de mi amigo y compañero Jacinto Gutiérrez.Jacinto y yo pertenecimos a la misma clase del ROTC, grupo que empezó en 1969 siendo de mas de 100 cadetes y del cual nos comisionamos 18. En los cuatro años transcurridos, además de la trágica muerte de Jacinto, perdimos un gran número de cadetes debido a la presión indebida e injusta de miembros de la facultad y administración de la Universidad, quienes se dieron a la tarea de perseguir y hostigar a los miembros del ROTC. Prueba de esto son los números que presento.
Fuí testigo de la balacera que resultó en la muerte de Jacinto y la herida de bala de varios otros cadetes. El día trágico había comenzado como de rutina, con un exámen de historia militar a las 10 de la mañana. Cuando salimos del exámen, nos encontramos un motín en el Centro de Estudiantes. Varios cadetes fuimos en ayuda de un grupo de estudiantes que estaban siendo agredidos por miembros y simpatizantes de la FUPI. Para mediodía, se sentía un aire tenso, al cual estabamos acostumbrados los que habíamos sufrido la persecución de los ggrupos violentos en la UPR por mas de un año. Corría la voz de que se estaba formando un grupo para atacar el ROTC. Yo había ído a tomar otra clase en Estudios Generales, pero cuando salí, ví el movimiento de gente hacia el edificio del ROTC, así que corrí allá. Cuando llegué, habían como treinta cadetes en el edificio, y pronto llegaron más. Al poco rato, cerramos las puertas del edificio al ver el grupo desordenado que venía, desobedeciendo ordenes del comandante del ROTC y de los oficiales a cargo. Pronto empezaron las pedradas y las molotov. Una le quemó un brazo a uno de los cadetes y otros tres o cuatro sufrieron pedradas. Unas jóvenes simpatizadoras del ROTC, junto con un par de cadetes, se organizaron para dar primeras ayudas en uno de los salones de clases en el primer piso. Para cuando el motín llevaba una hora, había media dozena de cadetes allí. Otros dos y yo estábamos protegiendo una de las ventanas del primer piso, de las que daban en dirección al Centro de Estudiantes que desde afuera estaban tratando de romper. Al rato empezaron los disparos. Aparentemente venían de dirección del edificio de Arquitectura, aúnque no podíamos ver exactamente de donde porque el edificio estaba rodeado de arboles y arbustos. Un cadete de primer año llamado Hernández recibió un disparo en el pecho y sangraba profusamente.
Gutiérrez fué uno de los que se encontraron en el techo del edificio expuestos a la balacera tratando de ayudar a los otros cadetes a salir del peligro. Recibió un disparo en el cuello. Lo llevaron al primer piso, donde su hermano estaba dando primeras ayudas. Trataron como pudieron de detener la sangre, pero no se pudo. Para entonces estábamos casi todos en el primer piso esperando a que viniera una ambulancia. La ambulancia vino cuando entró la fuerza de choque, pero eso fue casi una hora después. Para entonces, Hernández estaba escupiendo sangre y Gutiérrez estaba inmóvil, con su hermano todavía tratando desesperadamente de detener la sangre. Habían otros doce cadetes recibiendo primeros auxilios. Sacámos a los dos con heridas graves en camillas a la entrada del edificio para cuando llegara la ambulancia.Cuando vimos la fuerza de choque a la distancia, decidimos salir y formamos una línea de unos 20 cadetes en el lado del edificio contrario al Centro de Estudiantes, de donde habían venido los últimos disparos. Le hicimos frente a los amotinados, pero tuvimos que entrar corriendo al edificio porque la lluvia de pedradas fué demasiado. Ahí fué que una bala me dió en una correa gruesa de cuero que tenía puesta, rompiéndola y dejándome una laceración que me sangró bastante.Entónces entró la fuerza de choque, los que equivocadamente empezaron con macanear a algunos cadetes que se había quedado fuera del edificio. Nos sacaron a todos de alli y nos fuímos a la Barbosa, donde estuvimos hasta bastante tarde. Llegué a casa esa tarde como a las 6:30. No dije nada del vendaje que tenía puesto, pero mi madre se horrorizó de la sangre que tenía en la ropa. Entonces me dí cuenta que estaba todo manchado con la sangre de mis compañeros heridos. No pude ir al entierro de Gutierrez, que su familia hizo en privado. Hernández tardó mucho tiempo en recobrarse de su herida, que le había colapsado un pulmón. Todavía no me explico como pudo caminar hasta la ambulancia con una herida tan grave. Tuvo que darse de baja del ROTC por razones médicas. Los demás nos recobramos de las heridas, laceraciones y quemaduras. La matrícula del ROTC se redujo a menos de la mitad. Irónicamente,la fotografía que salió en el Vocero esa semana de la fuerza de choque macaneándo estudiantes identificaba incorrectamente a uno de mis amigos como fupista. La realidad es que los amotinados corrieron como cucarachas cuando vieron venir la línea de la fuerza de choque. Casi todos los que recibieron macanazos de la policía fueron o cadetes o simpatizantes del ROTC que salieron a encontrarlos.Tras de varias semanas, reabrió la Universidad. Al que crea que se hizo pacíficamente le puedo enseñar la cicatriz que tengo en la cabeza. Me emboscaron unos maleantes frente a Generales y me dieron un golpe en la cabeza que me dejó inconsciente por un rato. Esos incidentes se repirieron hasta que nos permitió a los cadetes dejar de recortarnos el pelo corto, porque el recorte nos delataba. Hasta el día de hoy nunca he vuelto a poner pie en el Centro de Estudiantes. Ya va un tercio de siglo.Resiento eternamente que se deshumanizara a los que participamos en el programa del ROTC. Nadie parece pensar que éramos jóvenes de carne y hueso, impresionables e idealistas. Me comisioné en enero del 1974 (había perdido un semestre a causa de los motines), y serví como oficial en la Reserva y la Guardia Nacional hasta completar mi servicio militar en 1982. A los que se precian de servir a su patria levantando puños y gritando tonterías les puedo decir que cosecharán tanto como sembraron. Mi fenecido amigo Gutiérrez entregó lo que ninguno de esos cobardes hará - su jóven vida en prueba de dedicación. Envidio a Jacinto Gutiérrez. Si bien es cierto que nunca llegará cumplir los 21 años, también es cierto que mientras quede un puertorriqueño dispuesto a luchar por lograr la estadidad, su espírito jovial, amistoso y lleno de fuerza espiritual permanecerá vivo en nuestra compañía... etérnamente jóven.
Saludos,
Vaterio (Valentin R. Fernandez,Philadelphia,USA)
Jacinto Gutierrez Memorial Activity
Saludos a Todos: I N V I T A C I O N
Asunto: Aniversario del motin de la UPR de Marzo de 1971
Fecha: Viernes 10 de Marzo 2006Hora: 11:00 AM
Lugar: Porton de la Avenida Barbosa (detras de la UPR)
El articulo que hace referencia el Señor Valentin fue escrito por Jose Julio Diaz Presidente del Nuevo Movimiento Estadista.


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