miércoles, agosto 26, 2009

La próxima bonanza económica


La próxima bonanza económica

Por Ricardo Rosselló

A veces nos toma pasar por momentos difíciles para darnos cuenta de las deficiencias que hay en nuestro sistema. Es entonces que ideamos e implementamos nuevas soluciones para estos problemas. Entiendo que hay dos temas que dominan el discurso público en estos momentos: (1) La situación económica y (2) la potencial pandemia de la gripe porcina. Estos dos temas aparentan no tener relación alguna entre sí, pero yo argumento que ambos se pueden solucionar con un poco de visión, y que dentro de esa solución, podríamos ver una nueva bonanza económica en un futuro no muy lejano.

Los economistas estudian el comportamiento cíclico de la economía basado en varios parámetros.Uno de estos parámetros es el impacto sobre la economía que tiene la innovación. El máximo ejemplo de dicho impacto se vio a comienzos de los 1800’s cuando la máquina se desarrolló, dándole así su génesis a la conocida Revolución Industrial. También en los 1990, la innovación del Internet y los desarrollos en los sistemas de informática revolucionaron la manera en que el mercado, los servicios y productos se vendían en todo el planeta. Dicha innovación causó un boom económico en los que trajo gran prosperidad y desarrollo.

Otros parámetros, tales como el crecimiento poblacional, las limitaciones en la producción de alimentos o los desastres naturales, pueden afectar negativamente la economía. Es por ende que nuestra sociedad global depende grandemente de la innovación y, a una escala mayor, de innovaciones trascendentales, para cambiar la manera en que el mercado se comporta e impacta nuestro diario vivir.

Por esta razón, entiendo que es un buen ejercicio observar las tendencias sociales y económicas en conjunto con la comunidad empresarial, para predecir qué tipo de innovación podrá traer consigo un nuevo mercado o la próxima bonanza económica. Así, nos preparamos de antemano y capitalizamos sobre ello.

En mi opinión, el próximo boom económico vendrá con los desarrollos en la biotecnología, y sus aplicaciones en la medicina preventiva y regenerativa, especializada para cada individuo. Si los ‘90 se caracterizaron por cambios fundamentales en la manera en que nos comunicamos, esta próxima década del 2010 al 2020 será definida por una revolución en el paradigma de la salud del individuo.

¿Por qué entiendo esto? Sin duda alguna, uno de los hallazgos más revolucionarios, trascendentales (como también controversiales) en los últimos 15 años, ha sido la capacidad de aislar las células madre, que son las progenitoras de todos los tejidos que componen el cuerpo humano. Estas células madre contienen toda la información genética del individuo y pueden ser utilizadas para curar enfermedades, crear tejidos dañados, hacer nuevos tejidos, y otro sinnúmero de aplicaciones. En esencia, el potencial para el desarrollo de la biotecnología y la bioingeniería que se encuentra en las células madre es ilimitado.

Como ejemplo concreto de este potencial, tomemos una enfermedad que asecha a miles de puertorriqueños: la diabetes. La diabetes es una enfermedad donde las células no pueden producir o utilizar insulina de manera apropiada. En esencia, son células que están dañadas. Con células madres, existe el potencial de sustituir las células defectuosas con células totalmente funcionales, eliminando así la enfermedad en el individuo. De la misma manera, utilizar estas células nos proveerá un mecanismo molecular que nos ayudará a entender y encontrar curas a muchas enfermedades como lo son el parkinson, y el alzhéimer, y hasta hacer súper-vacunas contra la gripe.

Hace unos 3 meses, en una columna anterior, escribí sobre el potencial pandémico de la gripe porcina o cualquier otro tipo de gripe. En aquel entonces, hablar de “pandemia” parecía tal vez un tanto dramatizado. Ahora, sin embargo, es una realidad que nos tiene cautivos en la Isla.
La gripe tiene lo que se conocen como ‘áreas conservadas’, que están presentes en todas las formas de gripe existentes. Aplicando la ciencia molecular y nanomolecular, podremos atacar esas regiones y eliminar el potencial pandémico de la gripe. De tener este mecanismo hoy día, la gripe porcina no sería un problema tan serio.

¿Si conocemos de las células madre hace tanto tiempo, por qué no se han podido utilizar para desarrollar dichas curas? En agosto de 2001, el Presidente George W. Bush firmó una orden ejecutiva que prohibía que se utilizaran fondos federales para el desarrollo de esta tecnología. El gobierno federal de EE.UU. había sido el más grande contribuyente económico al desarrollo de la biotecnología en el mundo. Bajo la incumbencia de Bush, eso cambió. Hace varios meses, el Presidente Barack Obama eliminó esa orden. El desarrollo de esa tecnología ahora va a toda máquina.

¿Qué tiene que ver esto con Puerto Rico? Observando el potencial de estas tecnologías, el cambio de paradigma del gobierno federal y el impacto que pueden tener, tanto sobre nuestro quehacer social como empresarial, debemos tomar nota y comenzar a prepararnos para estar a la vanguardia de esta nueva ola. Tenemos que educar a nuestra clase trabajadora y a nuestros estudiantes para que estén en sintonía con todos estos nuevos descubrimientos. Tenemos que actuar con la visión que le permita a nuestra sociedad aportar de manera constructiva en los renglones de desarrollo y producción de estas nuevas tecnologías.

Si Puerto Rico ha llegado a convertirse en una de las principales sedes mundiales de la industria farmacéutica, ¿por qué no entonces también convertirnos en un centro mundial de la biotecnología médica, de donde salgan innovaciones en ese campo? No cabe duda de que podemos hacerlo y que esto resultará en un formidable boom económico para nuestra sociedad.
Lo que nos va a sacar de esta contracción (no depresión) económica son las nuevas ideas, la visión más allá del 100 x 35, y la valentía de establecer industrias de vanguardia en la Isla. Estamos indudablemente presenciando los albores de una innovación tecnológica y científica que habrá de impactar la comunidad global de una manera tan significativa como lo fue la Revolución Industrial y la Era de la Informática.

En esencia, tenemos ante nosotros una oportunidad sumamente especial para hacer mejoras fundamentales en todos los sectores de nuestra sociedad, no tan sólo en la economía, sino en la educación de nuestros niños y jóvenes, en nuestra interacción con el mundo entero y en especial, en la salud de nuestra gente.

Recordemos que otros países con tendencias históricas en aprovechar la bonanza de la innovación (Ej. Singapur, Dinamarca, Israel, Japón, Alemania) ya están enfilando sus cañones en esta nueva dirección. Si nos sentamos a esperar, la oportunidad para Puerto Rico se puede desvanecer. El momento de actuar es ahora.
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Ricardo Rosselló, PhD


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