Un Falso Gurú: Luis R. Dávila Colón

Un Falso Gurú: Luis R. Dávila Colón

Por José C. Barbosa Muñiz

Notas en torno a Estado Patria, publicado en noviembre del 2009 por el megalómano Lcdo. Luis R. Dávila Colón.

Advertencia previa a leer los libros de Dávila Colón.

Un megalómano/a es un individuo, varón o hembra, que tiene delirios de grandeza. Luis R. Dávila Colón es un caso paradigmático. Él cree que es un politólogo[1] y toma de modelo al Lcdo. Juan Manuel García Passalaqua. Tanto el primero como el segundo, son productos de mucho conocimiento y poca ética. Son fanáticos que utilizan conocimientos para llegar a conclusiones a las que llegaron a priori pero que ellos presentan como deducciones lógicas de los mismos. No obstante, en un país donde los hechos se esconden por los medios noticiosos y especialmente por la intelectualidad nativa, sus locuras son mayormente beneficiosas para nuestra patria. Estas notas aprecian dichas aportaciones a la vez que señalan algunas de sus exageraciones.

Prólogo—

“Digamos que se trata de un manifiesto de repudio y combate contra las maldiciones del colonialismo puertorriqueño.” Pretende sin embargo, presentar el lado optimista del futuro aunque usa términos vulgares.

Capítulo I: La Puertorriqueñidad Americana.

“Soy boricua y americano, pa’ que tú lo sepas.” Además, explica sus términos vulgares cuando asevera que “me comunico también con ese rico dialecto “boricua” de la calle, de la salsa y del son.” Reconoce que el término boricua cobija 8.5 millones de almas y que la mayoría vive en los 50 estados federados y sus territorios. El libro es un trabajo de “…pasión orgullo y amor.” La esencia de su convicción es la siguiente:

“Aunque no lo quieran aceptar los intelectuales universitarios, los hostosianos, los neonacionalistas chavistas de la izquierda, los populetes colonizados y los personeros de la prensa, el puertorriqueño promedio siente un profundo cariño y una inquebrantable lealtad y vocación por los principios, valores, relación, deberes y beneficios de su esencia americana.” p. 24.

En su delirio cree saber que esa “verdad” (la que hemos escrito en bastardillas) indica que “Cambian los vientos de la opinión pública.” Nos parece una conclusión ilógica a “prima facie” si creemos que todos los grupos que él mismo menciona son opositores de esas ideas.

Generalizar sobre la abrumadora mayoría que acompañó al PNP hacia la gobernación como “nuevo giro en la opinión pública” es equivocado por muchas razones basadas en hechos innegables. Las normas electorales en el ELA han ido disminuyendo en credibilidad desde que la Corte Suprema validó las candidaturas de los expulsados del PNP como derecho civil y el propio Dávila llama la elección del 2004 como una “fraudulenta victoria de Aníbal Acevedo Vilá en el año 2004.” p. 29.

Capítulo II: El Mierdero (Título digno del comediante cubano Álvarez Guedes que Dávila usa para probar que habla el idioma de la calle o para no “pecar de fino”).

El título debió ser “Justificación de la elección de Luis Fortuño a la gobernación”.

En este segundo capítulo se evidencia claramente el fanatismo absurdo de Luis R. Dávila Colón y sus delirios de politólogo cuando afirma: “…el castillo de naipes del popularísimo nacionalista colapsaba junto al modelo económico y constitucional del Estado libre Asociado.” De cuando acá en P.R. un partido que saca 800.000 votos ¡ha colapsado!

Fortuño se apropió del PNP con la ayuda de populares y con el visto bueno de nuestra Corte Suprema de In-Justicia. El PNP era el partido de mayoría en el 2004. ¿Qué poder nuevo trajo su “victoria”? La gobernación que comparte con traidores del PNP como Kenneth McClinctock y las senadoras Migdalia Padilla y Lucy Arce que protegen a los desbancados Orlando Pargas y Carlos Díaz. Además, han obligado a los líderes rossellistas a unirse al PNP de Fortuño en su rol de Partido Nuevo Popular y eso lo han interpretado Dávila Colón y su maestro García Passalaqua como “la nueva época del siglo americanista”. ¡Qué más evidencia de error hace falta para no creer en las generalizaciones y conclusiones de esos dos auto-denominados politólogos!

Seguiremos comentando el último libro de Luis R. Dávila Colón en nuestras próximas colaboraciones para Perspectiva Estadista.

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[1] Conforme al Diccionario de la Real Academia Española: “Persona que profesa la politología o tiene especial conocimientos de ella.” Como se puede ver ahí empiezan los delirios de grandeza de García Passalaqua y su discípulo Dávila Colón.