jueves, mayo 04, 2006

Errores de fondo


Origen: El Vocero 25/marzo/2006
Por: Luis Dávila Colón
Analista de Noticias

Ningún economista se atrevería decir lo que voy a poner aquí por escrito. No lo hacen para no indisponerse con el Régimen de los horrores y los errores y con el complejo industrial-mediático-bancario que se lucra con la colonia y que a final de cuentas, son los clientes y benefactores de nuestros timoratos economistas.

Me refiero, por supuesto, a los errores de fondo en el estatismo socialista del Partido Popular y de la llamada sociedad civil que lo aplaude. Se trata de teorías caducas que se pretenden implantar en un mundo globalizado con economías altamente competitivas e interdependientes y que rechaza los obstáculos al libre comercio, las penalidades a la inversión, las políticas proteccionistas, la sobrecentralización, las grandes burocracias, las madejas permisológicas, las confiscaciones de ganancias, las contribuciones castrantes, el derroche de fondos, la improductividad gubernamental, la sobre-reglamentación y los frenos a la libre competencia.

El error fundamental del Partido Popular es querer aferrarse al concepto del todopoderoso Estado que pretende acaparar y dirigir todo desde Fortaleza, con una nómina excesiva, con derroche de gastos innecesarios, y termina a final de cuentas, acaparando y controlando nada. El Partido Popular nunca entendió, que la única manera de enderezar el funcionamiento y la productividad del gobierno del ELA es precisamente desmantelando su gigantismo gubernamental, despidiendo su personal improductivo, liberando capitales para hacer obra, modernizando la obsoleta infraestructura y reduciendo considerablemente los costos de operación del aparato burocrático. Dinero que no se traga el Gobierno es dinero que inyecta la economía.

Esa reforma fiscal tan indispensable y necesaria, es precisamente la que los políticos del Partido Popular no han querido hacer para evadir las consecuencias electoralistas de tirar empleados públicos a la calle. Decisión que se debió haber tomado hace muchas décadas y que le pudo haber costado al PPD una que otra elección, pero que también le pudo haber extendido la vida útil del aparato colonial. Esa resistencia a hacer la casa menos prohibitiva para que los que vivan en ella quepan y coman mejor, es el problema fundamental de la mentalidad socialistoide del Estado benefactor que tiene que enchufar en la nómina pública a los desempleados que no acoge su economía privada.

El segundo error fundamental del PPD, es el de querer resolver la improductividad del Gobierno y el derroche de billones que se chupa la nómina pública, recargando hasta la saciedad el bolsillo del consumidor, penalizando la generación de ganancias y desincentivando la inversión de capitales. Como decía en mi última columna, si algo han probado estos 6 años, es que los populares todo lo pretenden resolver con más impuestos, arbitrios, aumentos tarifarios, recargos, penalidades y persecución del contribuyente. En realidad se trata del cuento de la gallina de los huevos de oro. La gallina sólo puede poner un huevo al día para mantener la golosa dieta de su amo. Pero el desayunador quiere todos los días más y más huevos. Y mientras más pone la gallina, más le exige hasta que la explota y se acaban los huevos y se pierde el oro.

Puerto Rico tiene las tasas de impuestos más altas y más confiscatorias en los Estados Unidos. Además tiene, el Gobierno más inútil e improductivo. Si fuéramos ricos, no habría problema. Pero el Partido Popular no toma en cuenta, que precisamente debido a las limitaciones estructurales de la colonia y sus anacrónicos modelos económicos, el contribuyente boricua no puede producir más pasta. Primero, porque sólo uno de cada cuatro rinde planillas. Segundo, porque la mayoría de los que rinden pagan un mínimo o reciben reintegro. Tercero, porque el ELA es una fábrica con 60% de pobres. Cuarto, porque los que tienen capital lo esconden y apenas 5,000 reportan más de $100,000 de ingresos. Quinto, porque el sistema con sus políticas de exención contributiva y proteccionismo, lo que ha hecho es generar esa cultura perpetua de evasión. Y finalmente, porque no hay aliciente ni se ve costo beneficio en el pago de las contribuciones.

En el ELA el dineral que usted paga, se pierde en despilfarro y no se recibe en beneficios sociales que se vean. Al contrario, todos los días lo que presenciamos es el fracaso del uso de esos dineros. De manera que la relación entre Hacienda y los contribuyentes se asemeja más a una carrera entre la zorra y la liebre. Mientras más Hacienda aprieta, más se le esconde la liebre. Y mientras más juegan al esconder, más gasta la zorra, más carne requiere y más conejos necesita cazar para satisfacer su insaciable apetito. La degeneración es tal, que en Puerto Rico se castiga al que ingresa y al que produce y se recompensa al que gasta, al que evade y al que vive del cuento.

El tercer error filosófico de las políticas desacertadas del Partido Popular descansa en la adopción de un pensamiento marxista ajeno a su razón de ser y totalmente hostil a la libre empresa, al inversionista y a la producción de capitales. El maridaje contubérnico entre los líderes del PPD y el socialismo melonero, ha producido un nuevo pensamiento que prácticamente criminaliza el hacer negocios y diaboliza el hacer dinero en Puerto Rico, con un discurso demagógico y populista. La prensa predominantemente nacionalista ha sido el pregonero principal de esta nueva teoría. Así, de buenas a primeras, en Puerto Rico las megatiendas y las multinacionales son empresas a las que hay que cerrarle las puertas y correr del país; los constructores de hogares, desarrolladores de terrenos e inversionistas de hoteles son asesinos del ambiente; los bancos se lo roban to’ y sobrecargan al trabajador que no rinde planilla; los costos operacionales deben aplicársele al sector privado para generar más ingresos al erario y no botar empleados del sector público. Bajo esa filosofía se le ha enseñado al Pueblo de que todas las obras de infraestructura son "megaproyectos" que nunca debieron construirse: el superacueducto, el Centro de Convenciones, la red de autopistas, el Choliseo, los "mega-hoteles", etc., etc. Irónicamente, en el ELA las grandes obras son crímenes que en cualquier otro país subdesarrollado serían patrimonio.

Este problema de fondo no tiene solución. El Partido Popular no es reeducable ni reentrenable. Su filosofía es anacrónica en un mundo globalizado, integrado y altamente competitivo. Es por eso que la economía privada no da más. No porque no quiera, sino porque no la dejan. Mientras el Gobierno lo acapare todo, sólo habrá espacio para nada...


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