Reflexiones sobre el Paro Nacional
Reflexiones sobre el Paro Nacional
por José (Joe) C. Barbosa Muñiz
El Pueblo puertorriqueño es muy sentimental e intelectualmente vago. (No es fácil reconocerlo pues como puertorriqueño que soy, quisiera pensar como lo hace el personaje popular conocido como “Boricuazo”.) Quisiera que nuestros compatriotas pudieran discriminar intelectualmente de tal manera que los demagogos y los medios de comunicación masiva no usaran los sentimientos generosos de nuestra gente para convencerlos de traicionar los principios legados por nuestros antecesores que nos han servido muy bien. El llamado PARO NACIONAL es demagógico y sólo puede empeorar la situación económica de Puerto Rico lo que nos hace reflexionar sobre sus razones fundamentales.
El Paro ha sido un ataque al sistema económico “capitalista modificado” que nos rige desde que estamos bajo la soberanía americana. Ese sistema económico históricamente ha logrado que los países alcancen el mayor nivel de riqueza y a la vez, la mayor libertad política para los miembros de sus sociedades. La libertad que permite a los ciudadanos participar activamente en su gobierno y buscar la mayor equidad posible a través de los años y de un sistema de gobierno republicano-democrático. En otras palabras ese es el sistema político-económico que tenemos hasta ahora y que nos legó la generación de José Luis Muñoz Marín y Luis Alberto Ferré Aguayo.
El “Paro” sin embargo, es un ataque abierto a todos los boricuas que han podido alcanzar un nivel de riqueza alto dentro de los parámetros de nuestras Constituciones, estatal y federal. Un ambiente de fiesta junto a manifestaciones cargadas de las más bajas emociones humanas se nos transmitió por radio, televisión y prensa escrita. Dichas manifestaciones no se acompañaban con información precisa de nada. Todo se empacaba como si fuera lo mismo (Separatismo nacional, Antiamericanismo visceral, Anticapitalismo, Desafío a la autoridad legítima, Envidia, Hipocresía, Nihilismo y Desprecio a la propiedad privada) para alimentar la indignación promovida por unas medidas antipáticas pero necesarias que el gobierno que el Pueblo eligió recientemente ha tomado para aliviar la crisis fiscal. Tanto la Legislatura como el Ejecutivo fueron elegidos por una abrumadora mayoría que ahora los manifestantes piden eliminar a nueve meses de haber tomado las riendas de nuestro gobierno. Si no eliminar, por lo memos desacatar e intimidar a través de manifestaciones masivas y hacer imposible que los elegidos gobiernen.
Estipulando que lo anterior es correcto, ¿Por qué nuestro Pueblo después de un siglo de práctica gubernamental estilo americano se desliza hacia los modelos latinoamericanos? ¿Será que ya el Pueblo americano se divide entre dos: el estilo “anglosajón” establecido desde la creación de su estado nacional y con el aumento de Latinoamericanos en su seno se inclina hacia el gobierno desordenado que es característico de nuestros países latinoamericanos como teme Samuel P. Huntington [1]? ¿Será el cambio de “Melting Pot” a “Mosaic” que describe Pedro Rosselló González en The Unfinished Business of American Democracy[2]?
Las respuestas a esas preguntas pueden vislumbrarse si reconocemos que tanto en los 50 estados federados como en sus territorios y en Latinamé-rica, la idea de gobernar por medio de manifestaciones masivas pacíficas o desordenadas acapara la atención de los ciudadanos y es acogida con gran placer por los Medios de Comunicación Masiva que lo informan o des-informan abusando de su derecho a expresarse libremente. Es impactante la distancia entre los objetivos o excusas para hacer dichas manifestaciones y los propósitos que emocionalmente convencen al Pueblo a destruir en vez de construir. A desunir en vez de unir y a mal usar los Derechos Civiles que sólo se respetan adecuadamente en las democracias capitalistas modificadas.
En nuestro Puerto Rico hemos tenido manifestaciones absurdas que han movilizado al Pueblo para hasta subir los impuestos que todos odian y ahora culpan a los legisladores o a cualquier persona en autoridad legítima a través del sistema democrático-republicano de gobierno que tan bien nos ha servido hasta ahora.
¡UNA VEZ MÁS CONVOCAMOS AL TODOPODEROSO PARA QUE NOS ILUMINE Y NOS PROTEJA PORQUE VAMOS MUY MAL!
[1] Véase Capítulos 7& 9 de WHO ARE WE?:The Challanges to
[2] Véase “A New Paradigm: From the Melting Pot to the Mosaic” en The Unfinished Business of American Democracy por Pedro Rosselló, published by the Ana G. Méndez University System, 2005, pp. 11- 27.
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