Proceso de Confirmación de Sonia Sotomayor
Proceso de Confirmación de Sonia Sotomayor
AL TRIBUNAL SUPREMO DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA
por Joe Barbosa
Como puertorriqueño que ha sufrido un siglo de las injusticias de la Corte Suprema de los Estados Unidos de América por los llamados “Casos Insulares”, la candidatura de una juez puertorriqueña a la Corte Suprema americana es casi justicia poética. Aunque soy republicano en principios e ideología, he favorecido al presidente Obama y con mucho más entusiasmo favorezco que se confirme a Sotomayor. El historial personal de Sonia Sotomayor es tan brillante que opaca la retórica partidista que hemos oído de los senadores republicanos y hasta la de los demócratas que la favorecen. Ella es un ejemplo de lo que el Dr. Rosselló llamó el “mosaico”1 social que sustituye el “mezcla de asimilación” o “melting pot” que representaba el proceso de americanización de los nuevos inmigrantes americanos.
Afortunadamente, las expresiones partidistas vertidas en el primer día de la vistas de confirmación tienen límites de tiempo y por lo tanto cada senador selecciona para qué usar su tiempo ante la televisión nacional. Muchos republicanos en vez de hablar de Sonia Sotomayor lo usaron para atacar al presidente Obama y sólo incidentalmente hablar de la nominada. Me impresionó mucho la candidez del Senador Lindsey Graham, republicano del Estado de Carolina del Sur, pues en su turno expresó lo que todos allí saben que los discursitos eran político-partidistas y no tenían profundidad sobre la confirmación. En gran medida las calificaciones de la Juez son impugnables y su experiencia jurídica es mayor que todos los que están en la Corte Suprema actual. En realidad creo que la confirmación debe estar asegurada por la mayoría sólida de los Demócratas 60-40, no obstante el futuro no es de nadie y los senadores son predecibles solamente hasta un punto, en consecuencia no podemos dar nada por sentado.
Naturalmente, los representantes de Nueva York Nydia Velásquez y José E. Serrano y los dos senadores de Nueva York Schumer y Gilligrand estaban presentes para respaldar a la nominada. Sólo Gutiérrez de Chicago no estuvo presente a pesar de que él reclama que es puertorriqueño también. El respaldo unánime en Puerto Rico demuestra la unidad de la “nación puertorriqueña”2 que en Estados Unidos se conoce como una “etnia puertorriqueña”. Una etnia muy particular por ser constituida por ciudadanos americanos considerados casi como extranjeros pero que ya son más de cuatro millones allá más que los 3.8 en Puerto Rico. Lo que hace que haya aproximadamente ocho millones de puertorriqueños en los Estados Unidos de América y sus Posesiones. En fin, este día es uno muy grande para los estadistas y para todos los puertorriqueños que confían y valoran su ciudadanía americana a pesar de las limitaciones que hemos soportado por más de un siglo.
Es hora de que nuestros juristas reclamen la derogación de las decisiones hechas por la Corte Suprema en los llamados Casos Insulares. Probablemente, la Juez Sonia Sotomayor estará en una posición facilitadora para conseguir el consenso necesario de los jueces para la derogación las decisiones prejuiciadas de la primara parte del Siglo XX. Se necesita que los abogados de Puerto Rico se atrevan a llevar el caso para la derogación a la Corte Suprema como uno de Derechos Civiles. A pesar de que no lo ha hecho ninguna de las tres administraciones estadistas que hemos tenido pues la que hoy habita la fortaleza no es estadista.
Mientras tanto, el demagogo Juanma García Passalaqua nos predice que sacarán a relucir el ensayo de Sotomayor que apoya la independencia de Puerto Rico. Por eso, nosotros los estadistas de verdad tenemos que señalar que la independencia es imposible pues destroncaría la comunidad puertorriqueña que hoy tiene 49% en la Isla y 51% en los Estados. Si dieran la independencia, la mitad de los puertorriqueños quedaría en el extrajero para sus familiares que viven en los estados federados. ¿Quién en Puerto Rico no tiene parientes cercanos en los EUA? Personalmente, mi hijo, mis nietas y mi hijastra viven allá. Yo no puedo envisionar una acción que nos haría extranjeros a mi esposa y a mí en relación a nuestros familiares.
El presidente Obama al nominar a una boricua a la posición jurídica más alta de la nación americana, ha comenzado a resolver nuestro centenario problema del status político aún si no se percató de las consecuencias.
UNA VEZ MÁS LE DAMOS GRACIAS AL TODO PODEROSO POR PROTEGER A LA COMUNIDAD PUERTORRIQUEÑA A PESAR DE NUESTRAS INDECISIONES COLECTIVAS.
¿Por qué afirmamos eso? Porque ha unido a toda la comunidad puertorriqueña en el sincero respaldo a una boricua americana que demuestra nuestra idoneidad para la igualdad dentro de la Unión americana. También ejemplifica la potencia de nuestra cultura boricua que se mantiene viva en un ambiente distinto por los puertorriqueños desplazados por el destino.
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