Vista sin mayores sorpresas
Vista sin mayores sorpresas
El Partido Nuevo Progresista (PNP) lo respaldó al caracterizarlo como un proceso justo para la libre determinación de 4 millones de ciudadanos americanos que carecen de franquicia electoral, el Partido Popular Democrático (PPD) lo denunció como una trampa para darle a la estadidad el triunfo que no podría tener en una competencia justa contra el Estado Libre Asociado (ELA) y el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) reclamó enmiendas que permitan su aprobación y que dejen espacio para la posibilidad de una asamblea constituyente.
La vista celebrada ayer en el Congreso de los Estados Unidos para discutir el proyecto de status del comisionado residente Pedro Pierluisi no produjo ninguna sorpresa mayor. Cada partido político electoral de Puerto Rico esbozó las posiciones que ya habían hecho públicas.
La vista pública la celebró la Comisión de Recursos Naturales de la Cámara de Representantes federal, que es la que tiene jurisdicción sobre los territorios estadounidenses en ese cuerpo. Según Pierluisi, es probable que sea la única vista pública antes de que proyecto y las enmiendas propuestas pasen a la consideración de los miembros de la Comisión.
Fortuño toma distancias de las propuestas de su propio partido
Quizás la sorpresa mayor de la jornada fue que el ex gobernador Carlos Romero Barceló, al deponer en calidad de representante del PNP, propuso que el proyecto de Pierluisi sea sustituido por el que el presentaron el pasado cuatrienio el gobernador Luis Fortuño (cuando era Comisionado Residente) y el congresista puertorriqueño José Serrano, muy similar, en su versión original, al de Pierluisi.
En cambio, Fortuño, quien además de gobernador es el presidente del PNP, apoyó sin reservas el proyecto de Pierluisi. También lo apoyaron los presidentes del Senado, Thomas Rivera Schatz, y de la Cámara de Representantes, Jenniffer González.
Fortuño, en una entrevista con EL VOCERO posterior a la vista, dijo que lo que dijo Romero Barceló fue que si iba a haber cambios al proyecto de Pierluisi, entonces que incorporaran el lenguaje del proyecto HR 900, pues “es mucho más agresivo en ese tema (de las definiciones de las opciones de status) y le va a gustar mucho menos al Partido Popular Democrático”.
Romero Barceló también propuso que se enmendara el proyecto para que se caracterice a la actual relación política entre Puerto Rico y los Estados Unidos como una territorial. El proyecto de Pierluisi, tal como se presentó, busca que el Congreso autorice al gobierno de Puerto Rico a celebrar una primera consulta en la que se le pregunten a los electores si desean mantener o cambiar el actual status político.
También en este punto Fortuño mantuvo una distancia con la propuesta de Romero Barceló. Dijo que “por supuesto, es lo que preferiríamos todos” que en el proyecto se caracterice al ELA como un status territorial, pero que para lograr “llegar a un acuerdo” (no dijo con quiénes) decidieron “suavizar el lenguaje”.
Romero Barceló no fue el único líder prominente del PNP en proponer enmiendas al proyecto de Pierluisi. Rivera Schatz propuso una que establezca que el Congreso vendrá obligado a ejecutar la decisión que tomen los puertorriqueños en el plebiscito entre estadidad, independencia y asociación soberana.
Fortuño también tomó distancias con esta enmienda. Dijo que Rivera Schatz no tiene dudas de que, aún sin esa enmienda, el Congreso acatará los resultados del plebiscito.
PNP explota las contradicciones del ELA
Pero más allá de esos aspectos, los argumentos de Fortuño, Romero Barceló, Rivera Schatz y Jenniffer González para apoyar el proyecto fueron prácticamente iguales.
En general, el liderato del PNP expuso la contradicción que supone para los Estados Unidos presentarse como ejemplo de democracia en el mundo mientras mantiene a 4 millones de sus ciudadanos bajo una relación política en la que pueden ir a la guerra, pero no votar por el Comandante en Jefe –es decir, por el Presidente-, ni tener una representación con voz y voto en el Congreso.
“Doscientos treinta y tres años después de la Declaración de Independencia y 220 después de la ratificación de la Constitución, nuestra Nación sigue condonando un arreglo de gobierno sobre cuatro millones de sus ciudadanos que es aberrantemente contrario a los principios consagrados en esa Declaración”, dijo Fortuño.
“Los Estados Unidos no pueden permanecen y actuar como la inspiración y ejemplo de democracia alrededor del mundo mientras mantiene a 4 millones de sus ciudadanos sin franquicia electoral y privados de representación en el Congreso de su nación”, dijo Romero Barceló. Preguntó cómo era posible que los Estados Unidos gasten billones de dólares “para llevar la democracia a Irak, donde no es apreciado y la mayoría probablemente no está segura ni siquiera de si quiere eso, mientras le niega el derecho al voto y el derecho a representación a 4 millones de sus ciudadanos”.
El presidente de la Comisión de Recursos Naturales, Nick Rahall, se hizo eco de esas expresiones. “Podemos debatir el status político, pero lo que no está sujeto a debate es el patriotismo del pueblo de Puerto Rico”, dijo.
El congresista republicano por Indiana Dan Burton hizo expresiones similares. “Tantos hombres y mujeres de Puerto Rico han dado sus vidas por la libertad americana, pero no tienen la oportunidad de votar por su presidente. Y aunque el Congreso aprueba leyes que gobiernan a Puerto Rico, no tienen representación con voto”, dijo. Rahall, Burton y el congresista por La Florida Alan Grayson apoyaron plenamente el proyecto.
Ferrer dice que el proyecto es una trampa contra el ELA
Los argumentos más fuertes contra el proyecto de Pierluisi vinieron, como era de esperarse, del PPD. Su presidente, Héctor Ferrer, dijo que como la estadidad no le puede ganar una competencia de tú a tú al ELA, el PNP se ideó un esquema para derrotarlo. Señaló que “detrás de la fachada aparentemente inocua” del proyecto de Pierluisi, “existe un esquema inusual y sin precedentes de dos rondas designado para lograr un resultado premeditado al producir una mayoría artificial a favor de la estadidad”.
Planteó que la primera consulta está hecha para que la pierda el ELA, pues a los votos a favor de esa opción se le opondrían los de los estadistas e independentistas. Sostuvo que si el plebiscito del 1993 hubiese sido bajo ese esquema, el ELA hubiese sido derrotado, aunque obtuvo la mayoría de los votos.
También denunció que en la segunda consulta no figura el ELA y en su lugar colocan la asociación soberana con los Estados Unidos, a pesar de que ningún partido político apoya esa opción.
“Es una vergüenza que pidan la estadidad quitándose su franquicia electoral a la mayoría que cree en el Estado Libre Asociado”, sentenció. “Es una jugarreta cruda, descarada y antidemocrática”.
Ferrer dijo que Puerto Rico es una nación diferente a la de Estados Unidos. Lo mismo dijo, poco después, el senador del PPD Eduardo Bhatia. Más aún, Bhatia dijo que los congresistas de la década del 50, ante el mismo dilema de que Puerto Rico es una nación pero los puertorriqueños son ciudadanos de los Estados Unidos, solucionó el asunto creando el ELA.
“Sus predecesores afrontaron y forcejearon con el mismo asunto en los 50. Y la respuesta tanto del pueblo de Puerto Rico como del Congreso no fue la estadidad. La respuesta no fue la independencia. Ellos crearon algo llamado ‘Commonwealth’ (ELA)”, indicó.
Ferrer propuso que, en lugar del proyecto de Pierluisi, el Congreso apruebe un referéndum “estadidad sí o no” y que de paso el Congreso le diga con claridad a los puertorriqueños que Hawai y Alaska necesitaron de supermayorías para que le concedieran la estadidad y que con la estadidad se pagarán contribuciones federales y se perderá la representación deportiva y cultural.
Pierluisi, al comenzar sus preguntas a Ferrer, le dijo que una parte de su ponencia le preocupaba. “Bueno, todo su proyecto me preocupa a mí”, contestó.
Pierluisi y Ferrar entraron en una discusión sobre si la plataforma que presentó el PPD para las pasadas elecciones era consistente o no con la opción de asociación soberana con los Estados Unidos.
Ferrer leyó la plataforma en inglés y español. “Ahí no dice libre asociación”, señaló. Pocas horas después, Pierluisi sentenció que Ferrer ni ningún otro líder del PPD pudo probar en la vista “en que medida la asociación soberana es inconsistente con su plataforma”. Lo mismo dijo Fortuño.
PIP propone enmiendas sustanciales
Por su parte, el presidente del PIP, Rubén Berríos Martínez, propuso que se enmiende el proyecto para, número uno, que se declare la naturaleza territorial del ELA; dos, que en la primera consulta, además de preguntar a los electores si desean un cambio de status, le pregunten cuál mecanismo prefieren, si una asamblea constitucional de status o un plebiscito; y, tres, eliminar la segunda consulta.
Berríos Martínez comenzó su ponencia advirtiendo que el proyecto, tal y como está, es inaceptable y está destinado al fracaso porque el Congreso no aprobará ninguna legislación que permita la estadidad en Puerto Rico. Señaló que aunque haya pocos congresistas dispuestos a admitirlo públicamente, la aversión a la estadidad es el principal obstáculo para la aprobación del proyecto.
Señaló que las enmiendas que proponen buscar facilitar la aprobación de la aprobación del proyecto tanto en Cámara como en el Senado y, en segundo lugar, “acomodarse a las demandas razonables de los partidos y organizaciones políticas puertorriqueños, para que cualquier oposición sea claramente una excusa que no merezca ninguna consideración seria”.
Además, advirtió que si el Congreso no actúa, el PNP celebrará un plebiscito local “que seguramente estará diseñado para obtener un resultado favorable a la estadidad”. “O el Congreso aprueba, como proponemos, un mecanismo procesal racional y justo para solucionar el problema colonial de Puerto Rico, o permite que el proceso lo controlen fuerzas irracionales impulsadas por mayorías circunstanciales”, dijo.
Agregó que el problema colonial de Puerto Rico afecta las relaciones de los Estados Unidos con la América Latina. “El interés nacional de los Estados Unidos, según proclamado por el presidente Barack Obama en la Cumbre de las Américas de hace dos meses, reclama una nueva relación con América Latina. Para los latinoamericanos de todas la ideologías políticas, el status colonial de Puerto Rico es un símbolo de políticas anticuadas y desacreditadas.
El asunto es –y siempre ha sido- cuán lejos se extiende la frontera sur de los Estados Unidos hasta América Latina y el Caribe. Si los Estados Unidos aspira a establecer una nueva relación con América Latina, basada en respeto y cooperación, debe afrontar directamente y contribuir decisivamente a la solución del problema colonial de Puerto Rico, una nación latinoamericana”, dijo.
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