Un Falso Gurú 9

Un Falso Gurú 9

Por José C. Barbosa Muñiz

Notas en torno a Estado Patria, publicado en noviembre del 2009 por el megalómano Lcdo. Luis R. Dávila Colón.

Capítulo 18, “El Cuco del Costo”: LCD pretende destruir otra de las excusas falsas que han usado contra la estadidad los favorecedores del Status Quo y lo hace razonablemente pero en nuestra opinión es una manera ineficaz. Los motores de engaño del ELA no son razonables y por lo tanto, demostrar su irrazonabilidad no le hace mella como se probó en noviembre del 2008 cuando sobre 800,000 ciudadanos votaron por el corrupto exgobernador Aníbal Acevedo Vilá.

LCD enumera y refuta contundentemente las siguientes seis falacias: “que la admisión sería a un costo prohibitivo; que la estadidad costaría demasiado a los EUA; que no podríamos pagar las contribuciones federales; que la integración destruiría la clase media; que P.R. es muy pobre para entrar a la Unión y que la estadidad es una camisa de fuerza”. (p.241). Esas falsedades son usadas por los antiestadistas, esto es, los separatistas confesos y los de “closet” que se llaman populares pero que son lo mismo. Las falacias son el Cuco del Costo prohibitivo de la estadidad, como si cualquier otro estatus no costara dinero pues la economía es el problema más difícil desde por lo menos 1765 y ahora después de medio siglo de ELA, el problema está más grave que nunca. (Véase, Lamba Nieves, Marxuach Colón y Soto Class en prefacio del ensayo Restablecer el Crecimiento en Puerto Rico publicado por el Centro para la Nueva Economía, San Juan, 2006). Por lo tanto, aunque LCD argumenta muy bien contra los cucos, no nos parece muy atinado gastar el espacio para demostrar la sinrazón y falacias de los cucos pero de todos modos, es muy informativo.

El juego político partidista se decide a base de la emoción. ¿Por qué? Porque la emoción es la energía que promueve la acción y demostrar con datos la superioridad del Estado Federado al llamado Estado Libre Asociado, NO toca el “corazón” boricua como envalentona un supuesto desafío al Coloso del Norte. El desfío emociona y hace simbiosis u ocasiona sinergia mental con el amor propio natural de todos los puertorriqueños y aún más, de todas las boricuas que al fin, son la mayoría que vota.

Capítulo 19: “La Soberanía del Voto” – El título es muy provocador desde el punto de vista de la ideología americana y la explicación detallada de cómo se vota por el presidente vale la pena para educar a nuestros compatriotas. La esencia de la democracia republicana está en el voto del ciudadano: “El elector vota y delega poder en sus representantes. El poder delegado escoge presidente y delegaciones congresionales …” (p.257) que a su vez, seleccionan los que legislarán y ejecutarán conforme a la Constitución Federal. Además de explicar lo más difícil el “Colegio Electoral”, enfatiza algo que todos los estadistas han recalcado y es que con nuestra población local tendremos más poder que 23 estados federados de la Unión al presente. Esto no es necesariamente una bonanza para que Puerto Rico llegue a ser estado pero es imprescindible que todos los estadistas lo sepan.

Puerto Rico Estado 51 sería el primer estado totalmente hispano que se integraría a la Unión junto a la ola hispana que ha convertido a los latinos en la primera minoría étnica de los Estados Unidos de América. Algunos anglo-sajones como el Profesor Samuel P. Huntington de fama por su “The Clash of Civilizations and the Remaking of World Order” se escandalizarán pero es una tendencia que no se puede detener. (Véase, Who Are We: the Challenges to America’s Identity publicado en el 2004). Es la tendencia que desemboca lógicamente en la estadidad para los ciudadanos americanos residentes en Puerto Rico.

El capítulo termina afirmando el evidente Poder que nuestra Patria adquiriría como estado federado: “Con una delegación congresional completa y el poder del voto presidencial, Puerto Rico tendría un poderío inmenso en la toma de decisiones nacionales.…” Además, dejaría de gastar millones de dólares en cabilderos como todas las administraciones coloniales han tenido que hacer para llamar la atención del Congreso en relación as sus intereses particulares. Aunque no dice nada nuevo, son grandes verdades que nuestros líderes no han podido transmitir al Pueblo puertorriqueño por muchas razones. La primera es que hemos querido convencer con la razón como decía Don Luis A. Ferré y sin la emoción la razón es impotente. Hay que usar las dos armoniosamente para alcanzar la victoria en esta lucha cívica que no tiene comparación pues de ello depende el futuro político de nuestros descendientes.

En el próximo artículo terminaremos comentando los dos últimos capítulos del libro Estado Patria del megalómano Luis R. Dávila Colón en reconocimiento de la aportación a la historia de Puerto Rico que los libros de LCD han hecho a pesar de su “poética soez”.