martes, noviembre 29, 2005

Decepción Personificada y Feudalismo Popular


"Decepción Personificada y Feudalismo Popular" Por Antonio Velázquez, Administrador del Blog www.perspectivaestadista.blogspot.com .
Es altamente doloroso expresar la decepción generalizada, creada por un gobierno, que sigue la tradición feudalista popular de prometer lo imposible y ,negligentemente, no cumplir con el mínimo esperado por cualquier administración. Ese mínimo para muchos de nosotros, consiste en que las leyes se cumplan y apliquen sin distinción de clases, una ofensiva real en contra de los criminales, no al ciudadano, la flexibilización de regulaciones y leyes para el desarrollo de nuevos negocios, una rebaja significativa en las contribuciones y una mejor distribución de la carga contributiva.

El primer ejecutivo que ironicamente no ejecuta absolutamente nada “por lo menos a favor de la mayoria del pueblo que eligio gobernador a Pedro Rossello”, parece seguir la filosofía de satisfacción o autorealización expuesta en un anuncio de la televisión comercial en donde una concursante probando su suerte y que no es agraciada con nada, a celebra eufóricamente, ya que su premio fue cero. Mucho ruido y pocas nueces o peor ninguna. Sin embargo, la expectativa del ejecutivo hacia el pueblo es de total complacencia ante la inacción. Pero el ejecutivo nos explica que su administración es una de cambio y acción. Por lo tanto, postula cambios sin precedentes, entre ellos, aumentos al agua, luz, leche, café, peajes, AMA, marbetes,multas de tránsito y, por si fuera poco, la reducción de jornada laboral y salario.

En el aspecto fundamental de la criminalidad, con todo y Pedro Toledo, en Puerto Rico se asesinan todos los años mas puertorriqueños que los soldados boricuas como tú muertos en Iraq. El desempleo ha vuelto a ser la norma pero,aun peor, los despidos masivos y caprichosos en el desgobierno, perdón gobierno, son la norma. Literalmente, el gobierno corre solo, no se sabe ni la hora que es, ni se debe tener la expectativa de saberlo. Las expectativas altas o imposibles son para el PNP o el movimiento estadista, el cacao es para los populares.

lunes, noviembre 28, 2005

El racismo del otro


El racismo del otro Por Carlos E. Chardon

Hace unos veinte años, la amenaza hispana se denominó "the browning of América." La llegada de los bárbaros a América generó la histeria política que resultó en el English Only y en los movimientos “nativistas” en el Partido Republicano, que justificaron la muerte del proyecto Young.

La mayor parte de los republicanos en el Congreso le dio su espalda a un proyecto que la oposición vendió como que traería la estadidad. Así se asegurar ésta del apoyo de los racistas, muchos exdemócratas que habían apoyado al Gobernador Wallace y su agenda racista, re-constituídos en republicanos.

La campaña pesó mucho más que el reclamo moral de don Luis A. Ferré. Don Louie para aquí, don Louie para allá, pero nada de estadidad, pues al vivir mucho más que sus contemporáneos, su base de apoyo había muerto.

La época de los caballeros también. La del dinero se había impuesto. “La razón no grita, la razón convence,” pero bien sabía que “el dinero vence.” Esa es la historia del proyecto Young.
Trent Lott, el admirador de Wallace y Thurmond, lo engavetó. La imagen de muchachitas puertorriqueñas desesperadas por que las preñaran para recibir el welfare, imagen desarrollada por puertorriqueños y pagada por puertorriqueños, todavía vive en muchas personas, debe haber calado muy hondo en él.

L’amour es l’amour et la guerre est la guerre. El ideal merece todos lo sacrificios, aún el de la dignidad. No solamente habían muerto los contemporáneos de don Luis en los Estados Unidos, sino sus contemporáneos en Puerto Rico que ponían a nuestro pueblo por encima del status y las elecciones. Cuando hay mucho dinero de por medio, la dignidad es pamplinas. Y hay billones de dólares de por medio en el juego de status.

Me recordó siempre don Luis al Betánces contra quien mi abuelo Carlos Félix tronaba. Prefería a Calixto García, que daba la orden de matar al enemigo; Betánces abogaba solamente por incapacitarlo y así sacarlo del frente de batalla. Su condición de médico no le permitía provocar la muerte. En buena tradición napoleónica, decía mi abuelo, que aún así fue a visitarlo a Paris (en algún lugar me dejó escrita la dirección) ¿cómo pretende ganar una batalla sin matar? Así era don Luis.

No así la oposición al proyecto Young. Don Luis estaba convencido de que había lugar para un estado puertorriqueño. Su tesis de estadidad jíbara era para consumo local. Allá, su reclamo era de igualdad absoluta puesto que estábamos completamente asimilados políticamente, aunque en otros aspectos fuéramos diferentes. Conocía la tradición americana de respeto a las minorías.
Los Amish en Pennsylvannia se han mantenido a la vera del mundo moderno. Su exotismo se permite tanto como se rechaza el hispanismo nuestro. Sospecho que el problema es que somos muchos y que exigimos derechos que lo Amish están dispuestos a no ejercer: el de la representación política, por ejemplo. En Utah se toleran grupos mormones que practican la poligamia ilegalmente; lo logran por ser pequeñas organizaciones familiares que se mantienen al margen de la vida del estado, aislados y fuera del radar político-social. Tampoco exigen derechos políticos. También se toleran sectas religiosas y su separación, con tal de que no se conviertan en problema para el resto de la comunidad o se topen con imbéciles, como en Waco, donde federales intentaron probar ser más americanos que George Bush y Bill Clinton, juntos.

De hecho, se tolera el que los musulmanes y judíos resuelvan diferencias familiares mediante mecanismos propios de ellos, tradicionales, con tal de que no se violen los derechos civiles. En el Canadá de los esclarecidos, recientemente se prohibió esta práctica. La doctrina de separados y diferentes es la base de todos los territorios, incluyendo el E.L.A. según Kymlicka, promotor del multiculturalismo. Y aunque las naciones indias americanas no tienen el mismo ordenamiento, viven la doctrina de separación y diferentes.

Francia, como los Estados Unidos, es un mosaico montado sobre un seto formal de asimilación. También comparte la misma tesis de formal de asimilación de Estados Unidos, pero sus Departamentos de Ultramar tienen los poderes de los Departamentos europeos; sus habitantes los mismos derecho ciudadanos. No por ello los isleños se consideran iguales por los galoises. Lo franceses de pura cepa.

Durante la crisis de la Quinta República, De Gaulle amenazó con renunciar a la Presidencia de la nación si no le daban los poderes con los que quería gobernar. De haber renunciado, el Presidente de la Nación lo hubiera sido un isleño que Presidía el Senado. ¿Intolerable, n'est pas?
De Gaulle obtuvo lo que quiso, y más.

No nos sintamos tan satisfechos. Aquí, solamente los blanquitos llegan a Gobernador, o los que pueden pasar por blanquitos-y ntre blanquitos hay unos más que otos, como en el caso de Roberto Sánchez Vilella y Negrón López. Sospecho que por ser tan duchos en el manejo de nuestro racismo fue que pudimos usarlo tan bien en Washington para detener el proyecto Young. El racismo de ¿Y, tu abuela, adonde está? lo mejoramos con el que nos enseñaron a principio de siglo los gobernadores americanos. Por eso, los mejor asimilados, manejamos a los racistas en el Congreso como nos dio la gana. La verdad es que estamos al nivel del mejor y el peor de allá.

viernes, noviembre 25, 2005

La definición de Bilinguismo no es "Tener dominio total de Ambos idiomas"

Por Jose Julio Diaz, Presidente del Nuevo Movimiento Estadista.
La definicion de Bilinguismo no es "Tener dominio total de Ambos idiomas". La definicion correcta es "Poder comunicarse en mas de un idioma". En cuanto el idioma se refiere hay varios niveles
1. Bilingue: Poderse comunicar en mas de un idioma aunque tenga grandes dificultades en vocabulario y fonetica. Si otra persona puede entenderte o por lo menos tener una idea de lo que tu quieres decir entonces eres bilingue. En Puerto Rico somos muchos los que cualificamosen este aspecto. Quizas, un 50% de la poblacion.
2. Full Bilingual : Poderse comunicar en mas de un idioma sin tener ningun tipo de dificultades. Poder hablar, hacer chistes, reir, llorar e inclusive filosofar en otro idioma. Quizas un 30% de la poblacion. (Personas que han vivido en los Estados o han estudiado en colegio privado)
3. Native Speaker: Poderse comunicar en mas de un idioma con muy poco o ningun acento. Aqui la fonetica es mas importante que el vocabulario. Puedes ser un inculto o un hillbilly pero caes en esta categoria. Quizas un 5% de la poblacion cualifica. Solo los que se criaron en los Estados o en bases militares, o desde pequeños van a Iglesias de habla Inglesa cualifican en esta categoria.

miércoles, noviembre 23, 2005

Las diez mejores cosas de Estados Unidos

Las diez mejores cosas de Estados Unidos
Por:Dinesh D'Souza

Tras el ataque del último septiembre, nos hemos cansado de escuchar explicaciones acerca de "porqué nos odian" y de lo malo que es Estados Unidos. Hemos soportado interminables recuentos de la historia de la esclavitud americana, acerca de los errores de la política exterior norteamericana, acerca del materialismo de la vida americana y acerca de los excesos de la cultura americana. Según la visión de muchos críticos, tanto en casa como en el exterior, Estados Unidos no hace nada como es debido.

Esta acusación, que socava el patriotismo de los americanos, se basa en una comprensión estrecha y distorsionada de lo que son los Estados Unidos. Agiganta las fallas de América e ignora no ya lo que es bueno de los Estados Unidos, sino lo que los hace grandiosos.

En tanto inmigrante que decidió convertirse en ciudadano de Estados Unidos, me siento particularmente calificado para decir lo que tiene de especial este país. Habiendo crecido en una sociedad diferente en mi caso, Mumbai, India, no sólo soy capaz de identificar aspectos de Estados Unidos que resultan invisibles para quienes han vivido siempre aquí, sino además de percibir agudamente las bendiciones que a diario disfruto en Norteamérica.

He aquí, pues, mi lista de las diez cosas más grandes de Estados Unidos.

1. América le proporciona al tipo de a pie una vida sorprendentemente buena.

Los ricos viven bien no importa dónde estén. Pero lo que distingue a Estados Unidos es que proveé con un estandar de vida alto al "hombre común". Vivimos en un país donde los trabajadores de la construcción suelen pagar $4 por un litro de leche desnatada, donde las sirvientas conducen autos de ensueño y donde los plomeros van con sus familias a vacacionar en Europa.

Los recién llegados a los Estados Unidos se quedan atónitos con los regalos que se pueden dar a sí mismos los "pobres" aquí. Esta realidad se dramatizó en los 1980s cuando la CBS difundió el documental People like Us, el cual pretendía mostrar las calamidades de los pobres durante una recesión prolongada. En la Unión Soviética también teletransmitieron el documental, como una manera de demeritar a la administración Reagan.

Pero, según el testimonio de antiguos líderes soviéticos, el resultado fue el opuesto. La gente común y corriente en la Unión Soviética pudo ver que hasta los americanos más pobres poseían receptores de televisión, hornos microondas y automóviles. Y entonces ellos llegaron a la misma conclusión que yo cuando consersé con un conocido mío de Bombay que no había tenido éxito en emigrar a los Estados Unidos.


Le pregunte: "¿Y por qué ese interés tuyo en venir a Estados Unidos?" Y me respondió: "Porque quiero vivir en un país donde los pobres son gordos".

2. Estados Unidos ofrece más oportunidades y movilidad social que cualquier otro país, incluidos los europeos.

Estados Unidos es el único país que ha creado una población de "potentados hechos por sí mismos". Unicamente en América pudo Pierre Omidyar, cuyos padres eran iraníes y que creció en París, fundar una compañía como eBay. Sólo en América pudo Vinod Khosia, el hijo de un oficial del ejército indio, convertirse en un audaz capitalista, el más agudo de la industria tecnológica, y en multimillonario.

De acuerdo, los potentados no son lo usual, pero ningún país ha creado un ambiente tan propicio como Estados Unidos para que la gente a partir de circunstancias modestas alcance el éxito.

3. En Estados Unidos, el trabajo y el comercio son respetables, algo que no ocurre en todas partes.

Históricamente, la mayoría de las culturas han desdeñado al mercader y al obrero, viendo al primero como un ser vil y corrupto y al último como un tipo vulgar y degradado. Algunas culturas, como la griega antigua y el islam medieval, incluso sostuvieron que resultaba preferible adquirir las cosas mediante el saqueo que a través del comercio o un contrato laboral. Pero los fundadores de Norteamérica alteraron esa jerarquía moral. Establecieron una sociedad dentro de la cual la vida del hombre de negocios, y de las personas que trabajaban para él, podía ser algo noble. Desde el punto de vista americano, no hay nada vil o degradante en servir a un cliente, se sea un administrador superior o un camarero.

Esa vida ordinaria que consiste en producir y sacar adelante a una familia es tenida en más en los Estados Unidos que en cualquier otro país. Lo que es más, América es el único país del mundo en el que se trata al camarero de "señor", como si fuera un caballero.

4. América ha conseguido una mayor igualdad social que ninguna otra sociedad.

Ciertamente existen grandes desigualdades en el ingreso y la riqueza en Estados Unidos. En términos puramente económicos, Europa es más igualitaria. Pero los americanos son socialmente más iguales entre sí que ningún otro pueblo, al margen de las disparidades económicas. Ya Alexis de Tocqueville percibió este igualitarismo hace siglo y medio, y hoy es todavía más prevalente.

Con toda su fortuna, Bill Gates no puede acercarse al americano típico y decirle: "Mira, un billete de $100. Te lo doy si me besas los pies". Lo más probable es que esa persona mande a Bill Gates al infierno. El punto de vista americano es que un tipo con plata puede tener más plata, pero en ningún sentido fundamental es mejor que cualquier otro.

5. La gente vive vidas más largas y más plenas en América. A despecho de los que protestan contra la versión americana del capitalismo durante todas las reuniones sobre comercio que tienen lugar alrededor del mundo, lo cierto es que el sistema americano ha dotado a sus ciudadanos con muchos más días de vida y con los medios para vivirlos más activa e intensamente. En 1900, la expectativa de vida en los Estados Unidos giraba en torno a los 50 años; hoy es más de 75. Los avances en la medicina y la agricultura son los principales responsables de ese cambio. Tal extensión de la duración de la vida equivale a más años para disfrutarla, más espacio libre que dedicar a las buenas causas y más tiempo para pasar con los nietos. En muchos países las personas viejas parecen no tener nada que hacer, excepto sentarse a esperar la muerte. En Estados Unidos los viejos son increíblemente vigorosos y cuando la gente está en los 70s sigue empeñada en disfrutar de la vida, incluyendo rematrimonios y gratificaciones sexuales, con un celo que yo encuentro intimidatorio.


6. En América el destino del joven no es el que le dan, sino el que él se forja.

No hace demasiado me pregunté: "¿Cómo habría sido mi vida si no hubiera venido a los Estados Unidos?" Si hubiera permanecido en la India, muy probablemente habría vivido la vida entera en un radio no mayor de cinco millas a partir de mi lugar de nacimiento. Sin lugar a dudas me habría casado con una mujer de mi misma religión y antecedentes socioeconómicos. Con toda certeza habría llegado a ser un doctor en medicina, o un ingeniero, o un programador de computadoras. Y todas mis relaciones habrían tenido lugar dentro del círculo de mi comunidad étnica. Habría recibido un conjunto completo de opiniones absolutamente predecibles; éstas no habrían diferido demasiado de las creencias de mi padre o, por lo demás, de las del padre de mi padre. En suma, mi destino, en gran medida, me habría sido dado. En Estados Unidos he visto mi vida tomar un curso radicalmente diferente. En el college me interesé en la literatura y en la política y determiné dedicarme a escribir. Me casé con una mujer de ascendencia inglesa, francesa, irlandoescocesa, alemana e indoamericana. Cuando todavía era veintiañero me encontré trabajando como analista político en la Casa Blanca, sin siquiera ser ciudadano americano. Estoy seguro de que no existe otro país que permita a un extranjero trabajar en la mismísima ciudadela del gobierno.


En la mayoría de los países tu identidad y tu destino son manejados por otros; en Estados Unidos eres tú el que los determinas. Los Estados Unidos son un país donde tú llegas a escribir el guión de tu propia vida. Tu vida es como una hoja de papel en blanco --y el artista eres tú. Esta noción de ser el arquitecto de tu propio destino es esa increíblemente poderosa idea que está tras la atracción que Norteamérica ejerce en todo el mundo. Especialmente los jóvenes encuentran irresistible la posibilidad de ser los autores de la novela de sus propias vidas.


7. Estados Unidos ha ido más allá que ninguna otra sociedad en el establecimiento de la igualdad de derechos.

No hay nada que singularice a Estados Unidos en lo concerciente a la esclavitud y el odio. La esclavitud existió prácticamente en toda cultura, y la xenofobia, los prejuicios y la discriminación son fenómenos universales. La civilización occidental es la única civilización que desató una campaña contra la esclavitud basada en principios; ningún país empleó más dinero y sangre para poner fin a la esclavitud que los Estados Unidos.

En tanto el racismo continúa siendo un problema en Estados Unidos, este país ha hecho esfuerzos inenarrables para erradicar la discriminación, incluso llegando a poner en vigor políticas que otorgan preferencias legales a los miembros de los grupos minoritarios en la admisión a las universidades, los empleos y los contratos gubernamentales. Por supuesto que esas políticas siguen siendo controversiales, pero el punto es que, de entrada, difícilmente una sociedad racista habría tolerado tales políticas.
Y, por supuesto, afroamericanos como Jesse Jackson viven inmensamente mejor en Estados Unidos que si les hubiera tocado vivir, digamos, en Etiopía o en Somalia.


8. Estados Unidos ha encontrado una solución al problema de los conflictos religiosos y étnicos que continúan dividiendo y aterrorizando a gran parte de la humanidad.

Los visitantes a lugares como Nueva York se sorprenden de ver cómo serbios y croatas, sikhs e hindúes, irlandeses católicos y protestantes, judíos y palestinos parecen todos vivir y trabajar juntos en armonía. ¿Cómo es posible cuando esos mismos grupos se insultan y despedazan unos a otros en tantas partes del mundo?

La respuesta americana en doble. Primero, separa las esferas de la religión y el gobierno, de modo que ninguna religión disfrute de preferencia oficial, si bien cada cual es libre de practicar su fe del modo que le parezca. Segundo, los derechos no se extienden a los grupos étnicos o raciales, sino a los individuos; en este sentido, todos son iguales ante la ley, las oportunidades están abiertas a cualquiera que pueda aprovecharlas, y cada individuo que adopte el American Way of Live puede "devenir americano".

Por supuesto, hay excepciones a estos principios cardinales, incluso en América. Las preferencias raciales son una de estas excepciones, lo cual explica porqué son controversiales. Pero, en general, Estados Unidos es el único país del mundo que extiende carta de membresía a los de fuera.
El americano típico puede ir a vivir a la India, pasar allí 40 años y hasta adoptar la ciudadanía india. Pero no puede "convertirse en indio". El no puede verse a sí mismo de esa manera. En Estados Unidos, por el contrario, cientos de millones han arribado desde las playas más remotas y con el tiempo ellos mismos, o al menos sus hijos, se han, en el sentido más profundo, "convertido en americanos".


9. Estados Unidos tiene la política exterior más generosa que ningún otra gran potencia en la historia del mundo.

Los críticos de los Estados Unidos están prestos a reaccionar a esta verdad con escupitajos ultrajados. Inmediatamente aludirán al apoyo americano a déspotas latinoamericanos o mediorientales, o al injusto internamiento de los japoneses en suelo americano mientras duró la Segunda Guerra Mundial, o a la renuencia norteamericana a imponer sanciones al régimen del apartheid sudafricano. Con independencia de lo que uno piense acerca de estos casos particulares, concedamos a los críticos el hecho de que Estados Unidos no siempre ha estado del lado correcto.

Lo que los críticos ignoran es la otra columna del libro de cuentas. Dos veces en el siglo XX los Estados Unidos salvaron el mundo: primero de la amenaza nazi y despúes del totalitarismo soviético. ¿Cuál habría sido el destino del mundo de no haber existido los Estados Unidos? Tras derrotar a Alemania y a Japón en la Segunda Guerra Mundial, los Estados Unidos los reconstruyeron y hoy los tiene de aliados. En estos momentos estamos haciendo lo mismo con Afganistán.
Considere, además, qué magnánimos han sido los Estados Unidos con la ex Unión Soviética tras vencerla en la Guerra Fría. En la mayoría de los casos, los Estados Unidos son una superpotencia que no ejerce de tal: no muestra interés en conquistar y subyugar el resto del mundo. (Calcule cómo habrían actuado los soviéticos si hubieran sido los vencedores de la Guerra Fría.) En ocasiones, Estados Unidos interviene para desplazar a un régimen tiránico o para detener un abuso masivo a los derechos humanos en otro país pero nunca se queda para gobernar permanentemente ese país. En Granada, Haití o Bosnia, los Estados Unidos intervinieron y luego se fueron. Especialmente, cuando los Estados Unidos entran en una guerra, ponen cuidados extremos en evitar víctimas civiles y en minimizar los daños colaterales. Incluso cuando Estados Unidosa bombardea la infraestructura y los escondrijos de los talibanes, sus aviones dejan caer raciones alimenticias para evitar el empeoramiento de las condiciones y la hambruna de los civiles afganos. ¿Qué otro país se anda con tales consideraciones?

10. Estados Unidos, la nación más libre de la Tierra, es además la más virtuosa. Este punto parece irrazonable, dada la montaña de flagrante vulgaridad, vicio e inmoralidad en Norteamérica. Algunos fundamentalistas islámicos arguyen que sus regímenes son superiores moralmente a los Estados Unidos porque ellos procuran fomentar la virtud entre sus ciudadanos. La virtud, para estos fundamentalistas, es un principio superior a la libertad.",


Considere, además, qué magnánimos han sido los Estados Unidos con la ex Unión Soviética tras vencerla en la Guerra Fría. En la mayoría de los casos, los Estados Unidos son una superpotencia que no ejerce de tal: no muestra interés en conquistar y subyugar el resto del mundo. (Calcule cómo habrían actuado los soviéticos si hubieran sido los vencedores de la Guerra Fría.)

En ocasiones, Estados Unidos interviene para desplazar a un régimen tiránico o para detener un abuso masivo a los derechos humanos en otro país pero nunca se queda para gobernar permanentemente ese país. En Granada, Haití o Bosnia, los Estados Unidos intervinieron y luego se fueron.

Especialmente, cuando los Estados Unidos entran en una guerra, ponen cuidados extremos en evitar víctimas civiles y en minimizar los daños colaterales. Incluso cuando Estados Unidosa bombardea la infraestructura y los escondrijos de los talibanes, sus aviones dejan caer raciones alimenticias para evitar el empeoramiento de las condiciones y la hambruna de los civiles afganos. ¿Qué otro país se anda con tales consideraciones?

Y puede que lo sea. Y admitamos que, en una sociedad libre, frecuentemente a la libertad se le da un mal uso. La libertad, por definición, incluye la libertad de hacer el bien o el mal, el actuar con nobleza o con ramplonería.

Pero si la libertad saca lo peor que hay en la gente, también le saca lo mejor. Los millones de americanos que viven vidas decentes y orgullosas merecen nuestra mayor admiración porque han optado por el bien cuando el bien no es la única opción disponible. Entre las muchas tentaciones que brinda una sociedad rica y libre, ellos escogieron el sendero recto. Su virtud posee un brillo especial porque fue seleccionada con entera libertad.

Por contraste, las sociedades que muchos fundamentalistas islámicos persiguen pudieran eliminar la posibilidad de la virtud. Si el suministro de virtud es insuficiente en una sociedad libre como la americana, es prácticamente inexistente en una sociedad no libre como la de Irán.

Y la razón es que la virtud como resultado de la coacción no tiene nada de virtuosa. Pongamos a la mujer a quien se le exige cubrirse con un velo. No hay nada de modestia en eso desde que ella está obligada a llevarlo puesto. La compulsión no puede producir virtud, lo único que puede producir es una caricatura de virtud.

De manera que una sociedad libre como Estados Unidos es no sólo más próspera, más variada, más pacífica y más tolerante es también superior a los regímenes teocráticos y autoritarios que los enemigos de América defienden.

"Para amar a nuestro país", dijo una vez Edmund Burke, "nuestro país tiene que ser amable." Lo que quería decir Burke es que debemos querer a nuestro país no porque sea el nuestro, sino porque vale la pena. Estados Unidos se encuentra lejos de la perfección y hay amplios espacios para su mejoramiento. A despecho de sus fallas, sin embargo, la vida americana tal como se vive hoy es la mejor vida que se puede encontrar en el mundo entero. En el último análisis, Norteamérica es digna de nuestro amor y nuestro sacrificio porque, en mayor medida que cualquier otra sociedad, facilita la buena vida y la vida que vale la pena ser vivida.

El último libro de Dinesh D'Souza, un Rishwain Fellow de la Hoover Institution en la Stanford University, What's so Great about America, alcanzó la lista de los best sellers de The New York Times. Traducido por J. A. Zarraluqui



domingo, noviembre 20, 2005

El mosaico ¿enfermedad o acomodo?

El mosaico ¿enfermedad o acomodo? Por Carlos E. Chardon

El mosaico en Puerto Rico, hace cincuenta años, era una enfermedad que amenazaba acabar con la caña de azúcar. Hoy se presenta como base integradora, no asimiladora, del puertorriqueño y el hispano a la nación americana, no sin que pensadores de derecha a izquierda, de Buchanan a Huntington a Schelessinger, hallen el mosaico tan dañino al credo americano como lo fuera a nuestra industria principal en el pasado. El mosaico, como explicación del fenómeno integracionista americano, tiene por lo menos cuarenta años dando tumbos en las ideologías americanas.

Lo que es relativamente nuevo es la sugerencia de que la sociedad americana debe ser un mosiaco. Esa parece ser la sugerencia de Pedro Rosselló. La diferencia no es retórica, puesto que se elimina la asimilación como meta social y política y se reconcibe la nación como atada solamente por intereses e instituciones de segundo órden, constitucionales, políticos, económicos, pero no familiares, religiosos y comunales. Afecta la política e inversiones públicas singularmente.

En Puerto Rico, ello resultaría en currículos escolares que realcen y resalten las diferencias los dominicanos, a los isleños, a los niuyoricans y otros angloparlantes. !A los hijos de angloparlantes sería enseñarles en inglés en las escuelas públicas! La historia patria, en muchas escuelas de la zona metropolitana sería la de Duarte, Sánchez y Mella que, por los avatares políticos españoles, incluiría a Hostos, de refilón.

Ni los amos españoles ni los amos americanos creían en la diversidad, ni entendían de derechos culturales. Los catalanes, valencianos, vascos, gallegos en América habrían de hablar castellano, español para nosotros. Hoy España es otra cosa. La tesis asimilista del "melting pot" de principios de siglo XX, tan afín a Teodoro Rossevelt y, hoy, de la mayoría de los republicanos americanistas del corazón del rollo (centro y sur, y las zonas que no bañan los mares) está bajo asedio por el centro e izquierda americana, como lo está en Francia por la mayoría de los intelectuales ante los desmanes de los últimos días. Estos americanistas se aferran a misma idea de grandeza y unicidad basada en ancestros comunes que tienen los galoises, autodenominados como los verdaderos franceses, igual que los Anglo-Saxons (que no son tal por ser también irlandese y alemanes, hoy en día, asimilados) son los verdaderos americanos, a su propio entender. Ambos, galoises y real Americans quieren mantener su tradición incolumne (La Belle France y the American Creed), limpia de influencias que la degraden, no por malas sino por diferentes. Nosotros no tenemos l’Academie Francaise, pero tenemos el Instituto de Cultura Puertorriqueña, el Ateneo, la Academia de la Lengua, etc. Al igual que los Anglo-Saxons y los galoises, queremos mantner nuestra tradición prístina.
La escuela pública, que fue el instrumento asimilatorio por nuestros primeros cincuenta años americanos, y todavía lo es en Francia, tiene la misma función en el Puerto Rico moderno, pero con otra meta. Recordemos también aquel texto de hace treinta años del tercer grado en nuestras escuelas públicas que enseñaba retratos de varios escolares, clasificándolos como puertorriqueños y no puertorriqueños. Había uno de una criatura de padres dominicanos (ya amenzaba el expectro de una cultura diferente y una mezcla de razas diferente a la nuestra, aunque fuera en grado) donde el texto aseguraba a los niños de ocho a diez años, que ese no era de aquí. No somos ni mejores ni peores.
En Puerto Rico, forzamos la integración de todos a nuestro medio, cueste lo que cueste. No hay miramientos morales ni éticos. Lo hacemos impunemente por mantenernos bajo el radar de los derechos civiles americanos. No garantizamos los mismos derechos educativos en Puerto Rico que exigimos en los estados de la nación.

La tesis asimilista del "melting pot" de principios de siglo XX, tan afín a Teodoro Rossevelt y, hoy, de la mayoría de los republicanos americanistas del corazón del rollo (centro y sur, y las zonas que no bañan los mares) está bajo asedio por el centro e izquierda americana, como lo está en Francia por la mayoría de los intelectuales ante los desmanes de los últimos días.

Estos americanistas se aferran a misma idea de grandeza y unicidad basada en ancestros comunes que tienen los galoises, autodenominados como los verdaderos franceses, igual que los Anglo-Saxons (que no son tal por ser también irlandese y alemanes, hoy en día, asimilados) son los verdaderos americanos, a su propio entender. Ambos, galoises y real Americans quieren mantener su tradición incolumne (La Belle France y the American Creed), limpia de influencias que la degraden, no por malas sino por diferentes.

Nosotros no tenemos l’Academie Francaise, pero tenemos el Instituto de Cultura Puertorriqueña, el Ateneo, la Academia de la Lengua, etc. Al igual que los Anglo-Saxons y los galoises, queremos mantner nuestra tradición prístina.

En Puerto Rico, forzamos la integración de todos a nuestro medio, cueste lo que cueste. No hay miramientos morales ni éticos. Lo hacemos impunemente por mantenernos bajo el radar de los derechos civiles americanos. No garantizamos los mismos derechos educativos en Puerto Rico que exigimos en los estados de la nación.

Allá es otra cosa. Allá tenemos derechos que aquí a nadie se le nocurriría exigir, pues no hay corte, local o federal que se lo sostenga. Allá hay derechos civiles. Rosselló tiene razón en su libro al señalar que los derechos son función del poder. Allá tenemos votos, que es lo mismo que tener poder. Aquí las minorías son exíguas, por lo que no tienen poder y las cortes, federales y estatales, no los atienden ni los atenderán. Allá estamos cobijados por los derechos americanos y aquí, por los puertorriqueños. Allá somos American citizens, aquí puertorriqueños mientras la meta nacional sea la asimilación.

Imagining the unimaginable



Imagining the unimaginable Sep 5, 2005 by Jack Kemp
Mississippi Gov. Haley Barbour called the damage wrought by Hurricane Katrina "unimaginable." We no longer have to imagine the death and destruction; We are seeing the unimaginable become tragic reality 24/7 on our TV screens. The challenge now facing Congress and Gulf-State legislatures is to imagine the unimaginable future -- while doing everything possible to assist people recover from the current emergency -- to prepare for future emergencies, reform and restructure government, which clearly failed catastrophically at all levels during the last week, and incentivize and empower private ownership and private enterprise.
The huge calamity of Katrina and the need to rebuild the Gulf Coast provides Congress and state legislatures with the opportunity to implement big ideas that could begin to transform America in the first decade of the 21st century. We have a golden opportunity to "green line" the Delta and Gulf Coast with government policies that facilitate and empower the private sector and private citizens.
Out of the tragedies of the U.S. Civil War and World War II, Presidents Lincoln and Roosevelt imagined an unimaginable future. They created transformative programs that helped define the American dream of ownership and economic empowerment. Lincoln's Homesteading Act empowered people with title to 160 acres of land, free, and Roosevelt's Federal Housing Authority and GI Bill of Rights offered ways for capital-less people to own a house and to receive higher education.
As we think about the government's role in assisting people get back on their feet after Katrina, we should be thinking about how to expand private property rights, business ownership and create rational incentives to build a new Gulf Coast and Delta Region unencumbered by bureaucratic rules and strictures. We have an enormous opportunity to replace outmoded government programs and bureaucracies with public-private partnerships and new private institutions that are built upon the foundation of individual ownership, private property rights, personal responsibility and social justice that an ownership society brings.
There are a few simple things Congress could do immediately to facilitate the rebuilding effort in the private sector. For example, the entire storm region could be turned into an enterprise zone, suspending burdensome federal regulations, such as the Davis-Bacon Act and the Jones Act. Also, onerous regulations imposed by the Federal Trade Commission, the Federal Communication Commission and the Environmental Protection Agency could be suspended.
Certain taxes, such as gasoline taxes, telephone taxes and others could be suspended for the duration of the emergency. Individuals living in the storm-affected region and companies doing business there could be relieved of the outrageously complex and economically destructive federal tax code.
For example, the individual income tax and the death tax could be suspended for people living in the storm region. Rules relating to retirement accounts could be relaxed to give people access to capital.
Small businesses could be relieved of payroll taxes, and companies in the region subject to the corporate income tax could be relieved of the most economically damaging features of the current corporate tax code. They could, for example be allowed to write off all investment spending (e.g. spending on plant, equipment, structures, machinery and technology) immediately rather than having to depreciate it over a period of years. In fact, now would be an ideal time to allow companies to choose to be taxed under a simplified reformed system of taxation, the blueprints of which are well developed and could be enacted into law in short time. To further increase access to capital, the capital gains tax could be eliminated.
Displaced individuals could be given education vouchers they could use to enroll their children in schools anywhere in the country. Similarly, vouchers might be used to transform low-income and public housing to give people property rights and pride of ownership in their dwellings. Housing vouchers, for example, could be used not only for homeowners whose houses were destroyed but also for renters and Section 8 housing residents to make a down payment on a house anywhere in the country. And beyond the present emergency, I am working with Urban League President Marc H. Morial, former mayor of New Orleans, to extend and expand such an emergency innovation into a 21st century homesteading act.
Permitting processes could be streamlined and expedited to allow private investors to purchase rights of ways and other property to rebuild infrastructure, including not only roads and bridges but also sewage treatment plants and other utilities, which could be privately owned and operated on a fee/toll basis. The Federal government could pay to rebuild the levies under the condition that they were rebuilt by private contractors and with the understanding that the federal government no longer would provide federal flood insurance for any newly constructed structures, requiring all new building to be economically rational and privately insurable.
It's easy to write down a wish list of things we should do but it's not a frivolous exercise. It is imagining the unimaginable. In the wake of this national catastrophic, we all should be imagining the unimaginable and recalling when during another time of uncertainty and apprehension, Robert Kennedy paraphrased George Bernard Shaw: "There are those that look at things the way they are, and ask why? I dream of things that never were, and ask why not?"
Jack Kemp is Founder and Chairman of Kemp Partners

jueves, noviembre 17, 2005

Sangre nueva y Experiencia!

Por Antonio Velázquez
La realidad es que siempre hace falta sangre nueva y buena pero tambien siempre a hecho falta gente con experiencia. Las dos variables tienen que estar presentes para que se de una ecuación ganadora. Otra cosa que hace falta es compromiso con la Estadidad y un plan para lograr la misma. Todo plan debe contener los siguientes elementos

1. Educación de Pueblo

2. Cabildeo en Washington

3. Iniciativas judiciales sobre el status (voto presidencial, retar la doctrina territorial)

4. Dar cabida a vias de transicion en ruta a la estadidad (territorio Incorporado) o integración economica.

5. Unificar la dialectica o lenguaje utilizado por el movimiento estadista. (Estados Unidos, nuestra Nación) y descartar hipotesis falsas como que si hablamos como independentistas lograremos convencerlos de votar por la estadidad.

6. Trabajar para lograr un proceso de peticion de estadidad contando con una mayoria de por lo menos el 51% de los votos.

miércoles, noviembre 16, 2005

SEMINARIO ESTADISTA EN EL PARTIDO NUEVO PROGRESISTA


ACCION CIVIL PARA EL ESTATUS
Pres. Cristobal Berrios
SEMINARIO ESTADISTA EN EL PARTIDO NUEVO PROGRESISTA
HORA: 10 AM
DIA : SATURDAY NOVEMBER 19, 2005
TIME: 10 AM TO 5 PM
POR ESTE MEDIO ESTAN TODOS CORDIALMENTE INVITADOS A PARTICIPAR GRATUITAMENTE DE ESTE SEMINARIO DONDE SEVA A ILUSTRAR LA VERDADERA ESTADIDAD QUE HEMOS DEBIDO HABER VIVIDO EN MUCHO TIEMPO.

domingo, noviembre 13, 2005

Triunfo del Pueblo Estadista!


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viernes, noviembre 11, 2005

TRUSTING THE PEOPLE IS THE ESSENCE OF DEMOCRACY


TRUSTING THE PEOPLE IS THE ESSENCE OF DEMOCRACY by Miriam Ramirez de Ferrer, M.D.

It is no coincidence that fringe political factions in Puerto Rico are burning the U.S. flag, renouncing U.S citizenship and using scare tactics about having both Spanish and English as official languages The provocative and inflammatory conduct of these ideological elements is a coordinated reaction to the fact that it is now only a matter of time before the U.S. Congress approves legislation providing for legitimate and informed self determination for Puerto Rico.

There is an anti-democratic strategy behind the action of those who claim Puerto Rican identity and demand decolonization while doing everything possible to prevent us: the people, from having an opportunity to express our will regarding status. The status debate in Congress, brought upon by the Young bill has established that true self determination requires that commonwealth be defined as a territory under the sovereignty of Congress, and that the options for decolonization are statehood or independence.

Those who do not trust the people to make the right choice do not want Congress to provide a mechanism for a free vote on valid status options. There are some small, but loud, elements in Puerto Rico who do not want real self-determination because they do not accept that people may choose a status other than the one they endorse. For these anti-democratic elements, the "right choice" is a status consistent with their ideology.

Behind their high-sounding talk about democracy, dignity and decolonization, they seek to practice ideological authoritarianism. They would rather remain colony, than allow the people to have a free a choice in a process which they cannot control. While statehooders and many independenstistas are prepared to take their case to the people and accept the results, those antidemocratic elements seek to frustrate self-determination until the window of choices, other than theirs can be closed. Then the people will be forced to accept an outcome engineered by the pro-independence intellectual elite, instead of by a majority vote.

That is why paranoid propaganda to divide our people along cultural and racial lines is being disseminated by these intellectual ideologues who believe their vision of the future must prevail over any choice the people might make. Some of these "leaders" probably imagine themselves presiding over a Puerto Rico "empire" dictating culture to the masses and serving as diplomats in New York (where their children will attend elite English-speaking private schools at the expense of working people in Puerto Rico, taxed at whatever rate it takes to support the new regime).


That is why some are some are renouncing U.S. citizenship and seek to vote in violation of laws adopted by the legislature of Puerto Rico. They have fabricated a legal theory that the people of Puerto Rico do not have U.S. nationality consistent with U.S. and international law, but separate nationality which makes U.S. nationality optional. They call it a "juridical experiment" but it is really a political theater aimed at using the courts to advance their ideological agenda.

They want to have a separate nationality imposed by legalistic trickery and judicial fiat rather than by a vote of the people. This undermine U.S. nationality and citizenship for Puerto Ricans and impresses members of Congress that we are not patriotic Americans, thus leaning towards independence. Puerto Ricans who find this entertaining may wake up some morning and find that, if these people have their way, our fate will have been decided by the ideological elite minority in the courts rather than by our votes.

Fortunately, the U.S. Supreme court ruled in 1904 that …"the nationality of the island became American…" under Article IX of the Treaty of Paris, and that means that the various forms of citizenship defined under the Foraker Act of 1952 have all been forms of colonial citizenship created under the territorial clause. While there have been different forms of territorial citizenship , there has been can be only one nationality, that of the United States of America.

Those who have renounced citizenship in a U.S. embassy in a foreign country, have renounced to "U.S. nationality", not "U.S. citizenship." As a result, they lose all forms of statutory citizenship that Congress has prescribed under the umbrella of U.S. nationality, including the "citizen of Puerto Rico" status under the Foraker Act and the "U.S. citizen" status under the Jones Act or later statutes. "Citizens of Puerto Rico" status under the Foraker act was created by Congress under Treaty of Paris and the territorial clause , and not through the exercise of sovereignty by the people in favor of a separate sovereignty nationality.

We sustain that if these individuals want to end U.S. nationality and create a separate Puerto Rican nationality, they should do so through a self-determination process, by persuading the voters to choose independence. We trust that the courts will ultimately recognize that their method, in the voting law case, is an attempt to abuse the judicial process, to undermine the integrity of the election law, and to disregard the constitutional process established in Puerto Rico in 1952. These ideological fringe elements will have to learn to trust the people to make a choice in a free and informed status vote, for that is what self determination is all about. After all, trusting the people and accepting their freely expressed will is the essence of democracy.

miércoles, noviembre 02, 2005

Republicans need to relearn lessons of the Reagan Revolution



Tuesday, November 1, 2005 by Newt Gingrich and Craig Shirley
It is hard to believe, but it has been 25 remarkable and often hopeful years since Ronald Reagan won one of the most important elections of the 20th century. Now, as Republicans go through their autumn of discontent and confusion, they would do well to look back a quarter century and study the leader who created the modern conservative movement and the modern Republican Party.
In a world in which the Soviet Union has been defeated, Germany has been reunited, pride in being an American is high (61 percent extraordinarily proud, 22 percent very proud according to Gallup in January 2005), and in which we have had an almost unbroken two decades of growing economic opportunity, productivity and prosperity, it is hard to remember just how bad things were shortly before former Gov. Reagan became President.
In 1980, President Jimmy Carter and the liberal Democrats had led America into a series of disasters. Inflation was at 18 percent. Interest rates peaked at 22 percent. Unemployment was growing toward the deepest recession since the great depression. The Soviet Union was on offense in Afghanistan, Angola, Mozambique, Grenada, Nicaragua and El Salvador.
Intellectuals wrote about the death of democracy. There were gasoline lines everywhere and people were told they should get used to rationing. President Carter addressed the nation and suggested our future was inherently limited, malaise was a condition we had brought on ourselves, and that we should get used to lowering our expectations.
Candidate Ronald Reagan responded to the failures of the left with enormous clarity and directness.
On the economy, Reagan said "when your cousin loses his job it is called a recession. When you lose your job it is a depression. When Jimmy Carter loses his job it is a recovery." Sure enough, inflation dropped to 4.3 percent by 1984 and 4.1 percent by 1988. The unemployment rate dropped from 7.6 percent to 5.5 percent and 20 million new jobs were created during Reagan's two terms.
On the inevitability of the Soviet Union, Reagan responded with a then shocking vision for the Cold War — "we win, they lose." And shortly after, Reagan replaced the entire vision of detente with two vivid words: "Evil Empire."
Eight years after the inauguration of Ronald Wilson Reagan, the Berlin Wall fell. (Who can forget "Mr. Gorbachev, tear down this wall.") Two years later the Soviet Union disappeared.
What should Americans learn from this remarkable man and his remarkable Presidency?
The "right" ideas really matter (the left was wrong and Reagan was right about virtually every major public policy issue and the historic record is clear for those willing to look at it).
Courage and persistence are the keys to historic achievement. Reagan first became an anti-Communist in 1947 (read Peter Schweizer's "Reagan's War"). He first spoke to the nation about modern conservatism in October 1964. He first called for the Berlin Wall to be torn down in 1967. He first ran for President in 1968. Cheerful persistence rather than easy victories were the keys to Reagan's career.
Relying on the good sense of the American people beats relying on the elite intellectuals, entrenched bureaucrats and smug lobbyists who dominate Washington. Reagan never won an argument in Washington. Reagan won his arguments in the country with the American people and then the American people imposed their will on Washington.
The key to capturing the attention and, yes, the hearts of Americans is to focus on their future and their children's future. Reagan understood this and it showed in the polls, as in 1984, when he received an astonishing 65.5 percent of the under 30 vote.
Successful governance means having a framework through which to lead the American people. For Reagan, that framework was freedom. Everything emanated from this organizing principle.
Today's Republican Party would do well to regain the firm, courageous, "no pale pastels" clarity which was the hallmark of Reagan's leadership. They would also do well to remember that Reaganism is about real change both at home and overseas and that real change requires upsetting the entrenched interests feeding at the public trough.
Sometimes looking forward requires first studying the past. Reagan, a product of the future, nonetheless understood one needed to have a firm grasp of history. This is a good time for that same kind of introspection within the GOP.
Former Speaker of the House Newt Gingrich is the author of "Winning the Future: A 21st Century Contract with America." Craig Shirley is the president of Shirley and Banister Public Affairs and is the author of "Reagan's Revolution; The Untold Story of the Campaign that Started it All" about the 1976 campaign. He is now writing a book about Reagan's 1980 campaign.


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